La construcción del Tren Eléctrico, generó polémica en los medios de comunicación en la década de los ochenta. Cuestionaban al gobierno de Alan García Pérez por financiar una obra que estaba presupuestada por encima de los trescientos millones de dólares cuando la economía de entonces atravesaba una grave crisis provocada por la hiperinflación.
El proyecto, según expertos, no contaba con un asesoramiento adeacuado. Todo el plan era improvisado y la construcción de los tramos demoraba porque el gobierno no se ponía de acuerdo para establecer las fechas en que se iban a terminar de construir las líneas por donde iba a transitar el tren. En aquella época, la moneda del Inti se devaluaba sin límites.
Por tal motivo, las fechas de entrega se postergaban, ello generó críticas al gobierno por lanzar propuestas que nunca iban a cumplirse porque la situación del país era crítica y no había condiciones para realizar grandes inversiones.
Italia y Canadá se ofrecieron a donar vagones a cambio de que el Estado les diera el cargo de la dirección del tren eléctrico pero esto no prosperó.
Sin embargo, el entonces presidente ejecutivo de la autoridad autónoma del tren eléctrico Antonio Biondi, no aprobó las propuestas por considerar que los funcionarios de esos países no eran aptos para asumir dicho cargo.
El presidente Alan García Pérez no estuvo de acuerdo con la decisión de Biondi al descartar a los italianos y canadienses. Biondi respondió que a los italianos les mostró lo que querían ver, incluso revisaron la obra pero al final desaparecieron porque no tenían interés en participar.
En el caso de los canadienses, no reunían los requisitos necesarios para asumir el cargo de la ejecución de la obra del Tren Eléctrico.
No obstante, el presidente García insistió en que el director ejecutivo de la AATE viajara a Canadá para que traiga los vagones y así, demostrar al país que el proyecto avanzaba y se vería una mejora en el servicio de transporte público.
El Banco Mundial exigió que se posterguen las obras del tren por cinco años debido a que el proyecto era muy ambicioso y sobrepasaba los trescientos millones de dólares que había establecido para financiarlo. Además, el Estado incumplió una de las cláusulas del contrato el cual, estipulaba que se debía informar acerca de cualquier inversión que se propusiera al transporte urbano en Lima por un monto superior a los diez millones de dólares.
El BM ( Banco Mundial) estableció que la única manera para justificar económica y socialmente el corredor Tomás Marsano y Pachacutec era postergando el recorrido del tren por ese tramo. Solamente así, autorizaría los desembolsos pendientes.
Aplazar los trabajos del tren hasta cinco años después de la finalización de los trabajos de ese corredor de dos vías, implicaría que el Tren Eléctrico no pasaría por los distritos de San Juan de Miraflores, Villa María del Triunfo, Pamplona, Tablada de Lurín, Villa El Salvador ( donde se anunció el proyecto) y numerosos pueblos jovenes del Cono Sur.
El proyecto del Tren Eléctrico quedó en el olvido luego que Alan García terminó su primer gobierno ( 1985- 1990).
Posteriormente, cuando el presidente Alberto Fujimori asumió el mando, no mostró interés por continuar con el proyecto. Por el contrario, lanzó una persecusión contra Alan García quien tuvo que pedir asilo a Colombia.
En el gobierno de Valentín Paniagua Corazao, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones transfirió la ATTE a la Municipalidad de Lima para que continue con el proyecto del Sistema Eléctrico de Transporte Masivo para interconectar el Cono Sur, el Centro de Lima y el Cono Norte., además de asumir la deuda, los saldos presupuestales y asistencia financiera por parte del gobierno central.
El proyecto del Tren Eléctrico volvió a retomarse a finales del año 2009 y el Ministerio de Transportes y Comunicaciones fue designado para la ejecución de las obras de la extensión de la línea uno del tren urbano de Lima Metropolitana desde el Puente Atocongo hasta la Avenida Grau.
El primero de marzo del 2010 se reiniciaron los trabajos para culminar el Tren Eléctrico que unirá los siete distritos de Lima.
La estación Jorge Chávez en Surco fue fijada como el punto de partida de esta obra que debe inagurarse, según contrato, en el mes de julio del 2011. Posteriormente, las labores avanzaran en sentido sur-norte hasta que se trabaje siete puntos simultáneamente.
A diferencia de lo ocurrido en su primer gobierno, ahora pocos son los que critican al presidente Alan García, en la ejecución del Tren Eléctrico, una de las más importantes obras de los últimos años que se espera, solucione en gran parte el grave problema de transporte público que sufren miles de personas diariamente.