"Desde que era pequeño, miraba el mapa del Perú, soñando con que viajaba por las ciudades más bellas de nuestro país, tomando fotos a los paisajes hermosos que tiene nuestra nación". Nos referimos a Dante Zegarra, fotógrafo oficial del Presidente de la República, Alan García Pérez, quien tiene su oficina en el cuarto piso de Palacio de Gobierno.
El ingreso a su oficina no era tarea fácil, porque afuera había un grupo de polícias quiénes parados al lado de sus respectivos patrulleros, vigilaban el lugar.
Al principio, tuve temor en acercarme porque sus rostros no parecían tener cara de buenos amigos. Luego de quince minutos, decidí superar mi nerviosismo y me anime a preguntar por el señor Dante Zegarra con quien teniamos una entrevista ya programada.
En sus caras, se vió la expresión de duda. Es así que uno de ellos se acercó al escritorio que tenía al frente, sacó un cuaderno de uno de los cajones y empezó a pasar hoja tras hoja, buscando el nombre que le había dado.
Al encontrarlo, dijó que Dante Zegarra era un miembro del Estado y eso me pareció extraño. Insisti que era un error , el señor Zegarra es el fotógrafo del presidente pero, ellos siguieron afirmando en que estaba equivocada y pidió que me retire. La discusión, llegó a los oídos de un joven que se encontraba cerca y este, pudo confirmar que era cierto: Dante Zegarra es un fotógrafo y no un premier.
Al final, le dieron la razón al joven quien era un auxiliar. Antes de entrar, los encargados de seguridad me pidieron dejar el celular y documentos de identidad para poder ingresar a las oficinas de las instalaciones del área de prensa de Palacio de Gobierno.
Sin embargo, había un problema y era que entre las indicaciones que nos dieron, se prohibía ingresar con cámara pero, le rogue que me dejara entrar con ella porque necesitaba tener una prueba para confirmar que el encuentro con Dante Zegarra sí se dio y era por medio de las imágenes en las cúales, aparecpia él y su entrevistadora.
Despues de tanta suplica, él accedió a dejarme pasar con la cámara.
Ingrese junto al soldado que me acompañó a la oficina del entrevistado. El ambiente era tan silencioso que podía escuchar mis pasos. Una luz tenue envolvía en el pasadizo. Mientras caminaba, pasé por una pequeña sala donde un señor con periódico en mano estaba sentado , impaciente como si estuviera esperando a alguien. Pensé que era el entrevistado pero el soldado informó de que se trataba de uno de los guardaespaldas del presidente.
Seguí avanzando hasta llegar al ascensor para subir a la oficina del fotógrafo que se encontraba en el cuarto piso. Entré, todo se mantenía en silencio mientras que el ascensor se elevaba. Sonó el timbre avisando que había llegado. Se abrió la puerta, vi que había dos oficinas juntas y una de ellas, tenía la puerta entre abierta., pude ver a un grupo de periodistas trabajando.
Tenían la radio y la televisión prendida por las cuales se escuchaba el noticiero el cual, los mantenía pendientes ante alguna noticia relacionada con el presidente para luego, recopilarla y elaborar sus notas de prensa que serán publicadas en la página web de la secretaria de prensa de Palacio de Gobierno.
El oficial que me escoltó, abrió la puerta de la oficina y es allí cuando vi a Dante Zegarra que se encontraba sentado en su escritorio. Vestía un saco plomo, polo amarillo y un pantalón de vestir color negro.
Apresuroso pero con voz pausada, me invitó a pasar y a tomar asiento. Las paredes pintadas de color blanco. Una computadora prendida con la imagen del presidente. Cientos de fotos de un Alan García imponente, risueño, carismático puestos por todo su escritorio y, protegidos con un vidrio grueso. Todo esto, corrobora los años que viene trabajando con el mandatario tanto en su primer gobierno como en el actual y porque no decirlo que también forma parte de él.
Algunas canas en su cabello, reflejaban su edad: 57 años.
Su rostro de tez trigueña, denotaba que era una persona sencilla, amable. que no reflejaba timidez alguno sino confianza y que estaba dispuesto a responder las preguntas para mi trabajo de investigación.
Es de esta manera que iba hablando un poco acerca de él. Vive en San Miguel, es casado y tiene un hijo y una hija. El mayor se llama Diego, tiene veintiséis años, estudió en la IPP " Instituto Peruano de Publicidad" y actualmente trabaja como publicista y diseñador gráfico en el diario Correo. La menor es Andrea, estudia Administración Hotelera en la Universidad San Ignacio de Loyola.
Al igual que su padre, a Diego y Andrea les fascina la fotografía. Aunque no son profesionales en esta carrera, ambos poseen una cámara. Andrea la utiliza para tomar y coleccionar fotos que las tiene guardada en su computadora.
En cambio, para Diego es una de las herramientas más importantes al momento de realizar su trabajo en el periódico. A la vez, realiza diseños de afiches y trípticos como lo que hizó en colaboración con su padre para la última campaña presidencial del entonces candidato Alan García.
Pero, todo parte de un principio y precisamente, valga la redundancia, no estuvo para más preguntarle:
¿ Cómo y cuándo descubrió la pasión por la fotografía?
Él respondió: " A los catorce años, cuando mi padre me obsequió una cámara. Empecé a tomar mis primeras fotografías como un pasatiempo, no me detenía a pensar que la fotografía sería mi futura carrera. Ingrese a la universidad para estudiar economía. Ésta decisión es la que ahora me sorprende porque escogí otra profesión muy opuesta a la que ejerzo hoy.
Era interesante la carrera pero no encontraba un vacio en mi y sentí que era llenado cuando tomaba fotografías donde descubrí que ello era mi verdadera vocación así que, me retire de la universidad y entré a estudiar fotografía. Poco a poco fui descubriendo que la fotografía es un arte y una pasión, puedes retratar a las personas en sus diferentes estados de ánimo
( alegría y tristeza), gestos y emociones. Inmortalizar la belleza de los paisajes, capturar en imágenes las costumbres y tradiciones de un pueblo que perdura en su mente como un recuerdo que será transmitido de generación en generación".
Era 1980 cuando obtuvó su primer trabajo en el diario Correo como diseñador gráfico ( diagramador). Era interesante y se ganaba bien pero, no era lo que él había pensado, quería hacer fotos. No perdió mucho tiempo y decidió cambiarse de área. Fue así que pasó de diagramador a fotógrafo gráfico. Luego pasaría a trabajar en el congreso y es aquí donde surgió la siguiente pregunta.
¿ Cómo se dió la oportunidad de trabajar con el presidente Alan García?
Él contestó: " Cuando tomaba fotos en el congreso, en aquella época, te estoy hablando de los años ochenta, cuando Alan García era el congresista más joven del Perú. Decidí dejar mis fotografías con una tarjeta en su casillero. No hubo respuesta inmediata hasta que sorpresivamente una mañana recibí una invitación de Alan García para que lo acompañara a la ciudad de Huancayo y pudiera fotografiarlo.
Todo esto se debió a que el presidente quedó admirado y encantado con mis fotografías. Lo que me llegaría a enterar años despúes en conversación con él mismo.
Al día siguiente, mirando la portada y en dos páginas siguientes del diario donde trabajaba, encontré las fotos que le había tomado. Se encontraba él bailando con un poncho blanco que llevaba puesto. Me sorprendí, pero aún más cuando me informaron que desde ese momento, había sido contratado como el fotógrafo personal debido a que le gustaba la manera en cómo capturaba los momentos precisos con el lente de la cámara. Esa fue una de las razones principales por lo que decidió contratarme"
Han pasado veintinueve años que lleva fotografiando al presidente y cubriendo sus actividades, reuniones oficiales, cumbres, fotos personales.
Como reportero gráfico, cubre conferencias de prensa en el momento que se dan los actos oficiales y acompañó al presidente en las diferentes cumbres que se realizaron en África, India y Yugoslavia.
El mandatario, según dijó Zegarra, siempre está de acuerdo y conforme con su trabajo. Al igual de estar contento y feliz con sus fotos. Incluso ha fotografiado a su esposa Pilar Nores y a sus hijos desde que nacieron y durante su etapa de infancia, adolescencia y juventud.
Pero antes de trabajar con el presidente, viajó a Venezuela y luego a Inglaterra para laborar en una agencia de noticias y así, adquirió experiencia la cual es vista en su trabajo profesional con las fotografías.
Él, al igual que los demás tiene ídolos, personas a quien admirar pero no solo eso, sino la oportunidad de trabajar con ellos en la revista Caretas y entre ellos están: Rolando Ángeles, Carlos Domínguez, Oscar Medrano, Carlos Bendezú y Manuel Vilca, los fotógrafos más destacados del medio periodístico y grandes amigos.
Y como todo profesional, ha sufrido de experiencias perturbadoras y al escuchar está pregunta, alza la ceja con un gesto de picardía ante el término que había empleado y pasa a responder:
Más perturbadora, quizás cuando me toca hacer las de periodista gráfico o reportero gráfico es decir, cuando he tenido que ir a ese tipo de comisiones o trabajos por encargo, topé con la perturbación de repente, la policía, la autoridad y los mismos colegas a veces o cuando hay confrontaciones, peleas en una entrevista o conferencias de prensa.
Uno de sus grandes sueños es poder dictar o enseñar en la universidad algún curso de fotografía para así, transmitir a los jóvenes de ahora, el camino del aprendizaje a fondo y sobretodo, que conserven un profundo interés en la materia y esto, se hace incidiendo directamente en su formación mediante la visión general que tienen los jóvenes sobre este oficio.
Al culminar la entrevista, tímidamente le pedí que necesitaba tomarle una foto para anexarlo a mi trabajo de investigación. Dante no tuvo problemas él se tomó la molestia de sugerir el ángulo más favorable para tomar las fotos. Incluso, me pidió la cámara y empezó a probar el encuadre y entre tanto manejo, encontró el adecuado. Luego, me dió la cámara y estañó el primer flash en la oficina.
No obstante, la toma no nos convencía porque había mucha luz en su rostro debido al flash. Volvimos a pedirle que se sentara para una segunda toma, fallamos nuevamente. La imagen estaba borrosa y desenfocada.
Aún no tenía buenas fotos para el trabajo. En mi rostro se notó el gesto de preocupación y miedo al pedirle repetidas veces al señor Dante Zegarra para que continue con la sesión fotográfica.
Sin embargo, éste no tuvo incovenientes en aceptar.
Al contrario, me aconsejó en cómo tomar unas buenas fotos como profesional que es y seguir intentándolo hasta que alguna de ellas saliera a la perfección.
Finalmente, obtuve varias tomas y cada una tenía un detalle peculiar y especial. Le pedí que se tomara una foto conmigo para demostrar que cumplí con la investigación.
Él no tuvo reparos y salió en la fotografía con la autora de la entrevista para la culminación de este trabajo.